suelas – Tecnología del Cuero https://tecnologiadelcuero.aaqtic.org.ar Revista de la AAQTIC Tue, 16 Jun 2020 03:13:31 +0000 es-AR hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.1.7 /wp-content/uploads/2019/03/cropped-logo-aaqtic-top-32x32.png suelas – Tecnología del Cuero https://tecnologiadelcuero.aaqtic.org.ar 32 32 Calzado Biodegradable /calzado-biodegradable/ /calzado-biodegradable/#respond Mon, 15 Jun 2020 10:00:53 +0000 http://tecnologiadelcuero.aaqtic.org.ar/?p=1394 Publicado por INDUSTRY SUSTAINABILITY
January 16, 2020

¿Qué se entiende por calzado biodegradable?

Vamos a decirlo de manera simple: lo disponemos en el suelo, esperamos un tiempo y finalmente ya no podremos encontrarlo dado que se ha convertido en otros elementos.

Calzado Biodegradable. Distintos componentes

Tengamos en cuenta que el calzado está confeccionado con una gran variedad de componentes. Intentemos enumerar algunos de ellos: por un lado, el material utilizado para la capellada y el que se usa como forro, cordones si es que están presentes y también los ojales en los que éstos se insertan. Hebillas, cremalleras, cintas y elásticos, adornos como piedras y tachuelas, montaje de plantillas, tacones y suelas, sumemos también pegamentos, tachuelas, materiales de refuerzo e hilos de coser. ¿De qué están hechos todos estos elementos? Está claro qué si algunos de estos componentes no son biodegradables, el calzado en cuestión depositado en el suelo no desaparecerá por completo, algunas partes permanecerán sin cambios incluso después de un largo tiempo.

Para ser biodegradable, ¿es necesario que el calzado esté completamente confeccionado con materiales naturales?

No todos los materiales “naturales” son biodegradables, el corcho, por ejemplo, no lo es.

Sin embargo, podemos afirmar que en general muchos de los materiales orgánicos creados por la naturaleza son biodegradables. Es el “círculo de la vida” del rey León: al final de la vida, la materia se transforma y se convierte en alimento para una nueva vida.

Por lo tanto, un zapato hecho solo con materiales orgánicos es probable que sea biodegradable. Pero, ¿cuántos de los zapatos vendidos cada año se fabrican solo con materiales naturales? Por lo tanto, es correcto tratar de comprender cómo los materiales artificiales pueden ser biodegradables.
 
Los materiales desarrollados por el hombre (por ejemplo, plásticos derivados del petróleo) no siempre pueden descomponerse y, por lo tanto, biodegradarse. La razón principal es que en la naturaleza no hay microorganismos capaces de descomponer estos materiales. Sin embargo,hay otra razón: si algunos materiales se descompusieran, producirían sustancias peligrosas para la vida de los microorganismos.

Ahora intentemos dar un paso adelante y profundizar un poco en lo que está escrito arriba, tratando de dar algunas razones científicamente más precisas.

1. Disponer en terrenos

La descomposición ocurre gracias al trabajo de los microorganismos. Imagine organismos vivos, por ejemplo, bacterias capaces de iniciar reacciones químicas en las moléculas del material, romper los enlaces entre los átomos y crear diferentes moléculas como el dióxido de carbono, el agua, etc.

Técnicamente estamos hablando de poner el objeto en un compost, básicamente como la tierra que compra y coloca en una maceta para hacer que una pequeña planta crezca en casa. No es exactamente tierra, sino una mezcla de diferentes elementos que contienen microorganismos capaces de iniciar reacciones químicas y descomponer los materiales de los que está hecho el objeto.

 2. Lo que depositamos en los suelos

Las normas ISO que describen cómo se realizan las pruebas de biodegradabilidad no lo dicen. Por lo tanto, queda abierta la cuestión si depositar un zapato en el terreno o primero separar las partes para luego enterrarlo.

Está claro que en ese caso el tamaño importa. El espesor de un material puede determinar el tiempo que tarda en biodegradarse. Teniendo en cuenta que la prueba está cronometrada, para decir que un objeto es biodegradable es necesario que la reacción tenga lugar dentro de cierto tiempo. 

Sin embargo, la pregunta que todos nos hacemos es: “cuando tiramos un par de zapatos, ¿alguien se encarga de separar sus partes antes de tratar de descomponerlos?”. La respuesta es “no” y, por lo tanto, el tema relacionado con la recolección de zapatos usados, qué es lo que les sucede después de ser depositados en el vertedero, permanece sin respuesta.

 3. Esperando un poco

 La regla dice que todo debe desarrollarse dentro de los 6 meses. Hay pruebas aceleradas, pero no son adecuadas para calzados: en este caso éstos simplemente no se descomponen. Por lo tanto, lleva mucho tiempo demostrar que un calzado es biodegradable. En un mundo donde las empresas de moda ofrecen cada mes diferentes productos, ¿quién tiene tiempo para realizar estas pruebas? A lo sumo podrían probarse los materiales con los que están hechos los zapatos, pero para hacer bien las cosas, sería más representativo disponer de todo el cazado en el terreno. Hay que tener en cuenta también que son demasiados los materiales utilizados.

 
4. Se convierte en otros elementos

¿En qué se convierte el zapato una vez que se dispone en el suelo? La prueba más utilizada verifica que la mayor parte de la masa se transforma en dióxido de carbono, es decir, el gas que usan las plantas para iniciar la fotosíntesis que genera azúcares gracias a la energía del sol. Ambos materiales, los de origen natural y muchos plásticos contienen carbono en su composición química como uno de los elementos principales. Si la reacción que ocurre “en el suelo” logra romper los enlaces entre los átomos del material, el carbono puede reaccionar con el oxígeno que está en el aire creando CO2, es decir, dióxido de carbono.

El ensayo de biodegradabilidad se lleva a cabo bajo condiciones de temperatura particulares (aproximadamente 60 grados) y con una humedad cercana al 100%.

Cuidado, no es suficiente que el material se desintegre, es decir, que se desintegre en trozos pequeños, incluso invisibles. En este caso, de hecho, no hubo reacción y la masa del material todavía sigue presente. Es realmente necesario que la masa desaparezca, es decir, que se convierta en gas. Las plantas luego usarán ese gas para generar vida. 

5. ¿Es necesario que el calzado desaparezca por completo?

Le dejamos a Ud. la respuesta. La prueba regulada por el estándar ISO (un acuerdo que los científicos han alcanzado en todo el mundo) dice: para ser válida, la prueba debe al menos generar un 70% de la transformación de la masa.

¿Podemos decir que en ese caso el calzado es biodegradable? Técnicamente no podemos: sería mejor afirmar que el calzado es biodegradable en un 70% (o en un mayor porcentaje si este es el caso).

La presencia de estos dos parámetros indica la seriedad de las presentaciones creadas por el marketing de las compañías: por un lado el porcentaje de biodegradabilidad y por otro el tiempo que lleva biodegradarse. Decir que un material se biodegrada en un 80% en 6 meses es más preciso que simplemente decir que un material es biodegradable.

 6. ¿Por qué algunos materiales no son biodegradables?

Simplemente porque en la naturaleza no hay microorganismos capaces de desencadenar la reacción de transformación del carbono presente en el material en dióxido de carbono. Por lo tanto, la razón no es la ausencia de carbono en la composición química del material, sino el hecho de que los átomos de carbono están tan fuertemente unidos a otros átomos que no es posible romper estos enlaces y activar las reacciones de transformación. Hay materiales que llamamos bioplásticos que son completamente similares a los plásticos en términos de características físicas, apariencia y tacto y que pueden biodegradarse precisamente porque hay microorganismos que pueden descomponerlos.

7. ¿Es apropiado que todo sea biodegradable?

Por supuesto que no. Algunos materiales son estables en su naturaleza original, contienen átomos que podrían reaccionar y formar moléculas que dan lugar a sustancias tóxicas. Por lo tanto, debe prestarse atención a lo que se biodegrada. También porque el compost que usamos para biodegradar está enriquecido por sustancias generadas por el proceso de biodegradación, por lo tanto, si queremos usar éste compost para cultivar vegetales que luego comeremos, es mejor no dejar sustancias tóxicas en su interior.

 8. ¿Es posible biodegradar cualquier tipo de calzado?

Ahora hemos entendido que la respuesta no es simple: en primer lugar, sería correcto establecer en qué porcentaje el objeto se biodegrada en su forma original (es decir, sin que antes se separen las partes) y en qué momento y bajo qué condiciones tiene lugar esta reacción. Lo que podemos decir es que algunos materiales nunca se biodegradarán a menos que se descubra algún microorganismo que logre desmoronar el material transformándolo en dióxido de carbono en un tiempo razonable sin dispersar otras sustancias nocivas en el medio ambiente.

En el estado actual del conocimiento, ¿cuáles son las partes del calzado que no se biodegradan?

Los metales que utilizamos para ojales y hebillas y toda una serie de componentes basados ​​en polímeros plásticos que utilizamos para hacer suelas y tacones: caucho vulcanizado, EVA (la suela intermedia de las zapatillas para correr), suela microporosa (que en cualquier caso es EVA), poliuretanos y PLA contenidos en los talones. Cuando se usan para la producción, todos estos materiales sufren reacciones químicas que alteran su estructura molecular para formar enlaces que los microorganismos a nuestra disposición no pueden desintegrar.

9. ¿La piel es biodegradable?

Depende. Con respecto a la forma de alimentarnos, sabemos que más allá de los huesos lo que queda es la piel. Si la piel se dispone inmediatamente en el terreno después de desollar el animal, tenderá a pudrirse y se generarán reacciones poco saludables para el medio ambiente y la salud humana. El proceso de curtido que transforma la piel del animal en el material que usamos para producir zapatos y bolsos, bloquea la reacción de descomposición que no es más que un proceso de biodegradación.

Existen procesos de curtido que producen cueros biodegradables. No todos los procesos de curtido lo permiten. En todo caso hay que prestar  atención cómo se terminan dichos cueros: no es suficiente tener en cuenta solo el curtido sino también los procesos posteriores de recurtición y acabado se llevan a cabo con productos químicos que no son compatibles con la siguiente etapa de biodegradación.

Nota original Biodegradable shoes

Traducido del inglés por José Stella

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Nada va a la basura: “¿es posible implementarlo? /nada-va-a-la-basura-es-posible-implementarlo/ /nada-va-a-la-basura-es-posible-implementarlo/#respond Tue, 18 Jun 2019 01:18:17 +0000 /?p=824 ¿Alguna vez has oído hablar de una empresa donde nada se desperdicia e incluso los residuos se utilizan como material? El concepto no es nuevo y se está implementado cada vez más en todo el mundo. En Portugal, Bolflex es el pionero en reutilizar sus propios residuos y en implementar una economía circular internamente. La compañía de Antonio Ferreira, especializada en la producción de componentes para la industria del calzado, ha manifestado preocupaciones ambientales desde hace algún tiempo. Bolflex ha desarrollado técnicas avanzadas de reciclaje y, en la actualidad, está lista para reciclar una amplia gama de materiales.

SH-Rouber es una nueva suela que ha reciclado zapatos en su producción. En este proceso, los zapatos vuelven al principio y se convierten en una materia prima. Inicialmente, los zapatos se muelen, se queman y, después de todo, se agrega el 30% de la mezcla a la fórmula del caucho, obteniendo así una producción innovadora y ecológica y con todas las certificaciones químicas. “Esta innovadora tecnología de vulcanización de zapatos usados ​​para hacer nuevos productos, como zapatos o plantillas nuevas, ya está patentada por Bolflex”, afirma el presidente de Bolflex Group, António Ferreira.

Pero la compañía no se detuvo aquí. Otra de sus estrategias es la optimización del uso del caucho en la producción de suelas. Para ello, la empresa desarrolló una suela fabricada con un 70% de caucho reciclado. En la base de los productos está la reutilización de los residuos de caucho de la producción exclusiva y también la reutilización del caucho de las suelas usadas.

En este concepto de economía circular que la compañía está implementando, incluso el aluminio se reutiliza para la producción de nuevos moldes. Dentro de la empresa hay  un sistema de fundición de moldes que permite su reutilización para la producción de nuevas piezas de inyección de suelas.

Según la compañía, “todos estos procesos crean una economía circular interior, capaz de reducir costos y llevar a la empresa a un entorno más ecológico y más ecológico”.

Bolflex fue fundada en 1992 por António Ferreira, con solo cuatro prensas de caucho, seis empleados y una producción diaria de 1000 pares de zapatos. Hoy en día, la compañía tiene una capacidad de producción de 20,000 pares de zapatos y emplea a 140 personas.

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