olor – Tecnología del Cuero https://tecnologiadelcuero.aaqtic.org.ar Revista de la AAQTIC Wed, 23 Dec 2020 21:37:45 +0000 es-AR hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.1.7 /wp-content/uploads/2019/03/cropped-logo-aaqtic-top-32x32.png olor – Tecnología del Cuero https://tecnologiadelcuero.aaqtic.org.ar 32 32 Presentación por zoom: “Entendiendo el sentido del olfato” por Rodolfo Ampuero – TFL /presentacion-por-zoom-entendiendo-el-sentido-del-olfato-por-rodolfo-ampuero-tfl/ /presentacion-por-zoom-entendiendo-el-sentido-del-olfato-por-rodolfo-ampuero-tfl/#respond Sun, 20 Dec 2020 18:05:00 +0000 http://tecnologiadelcuero.aaqtic.org.ar/?p=1672 Charla dada por la plataforma ZOOM el 22 de Octubre de 2020 por Rodolfo Ampuero de TFL

 El olor del cuero, es una de las preocupaciones que tienen quienes producen CUERO.

El olor es una herramienta de marketing, persuade nuestras emociones, lo que hacemos.

El olor del cuero: qué esperan los clientes?  Cómo se evalúa? Cómo influyen las distintas etapas del proceso productivo en el olor? En especial trataremos el olor en los cueros para tapicería automotriz.

Rodolfo Ampuero de TFL, desde Italia, dio una excelente charla sobre este tema, de la que participaron más de 100 asistentes argentinos, de países latinoamericanos y europeos.

Algunos de los conceptos recogidos:

El olfato es“primitivo”.

Primitivo significa lo más simple o lo más rudimentario?

En biología “primitivo” significa que ha tenido una evolución más larga y por tanto, es el más sofisticado. (Dr. Stuart Firestein – Biologist Columbia University)

Química del olfato

“El mundo está hecho de átomos”.

“Y los átomos se conectan entre sí para formar moléculas. Las moléculas son lo que olemos: el olfato es nuestro sentido químico. (Richard Feynman –Físico)

Nota: La charla completa se puede ver en youtube  https://youtu.be/d7lnmqsviQk

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Educar el sentido del olfato para conocer el mundo /educar-el-sentido-del-olfato-para-conocer-el-mundo/ /educar-el-sentido-del-olfato-para-conocer-el-mundo/#respond Wed, 11 Mar 2020 18:00:39 +0000 /?p=1133 Una consulta habitual y preocupación muy actual de los clientes es el tema del olor del cuero. Hay quienes quieren cuero “sin olor”, otros lo prefieren con un “olor natural”, con olor sintético, etc.  

La evaluación del olor no es sencilla. Es necesaria la formación de paneles olfativos, integrado por personas que deben cumplir con características muy específicas y en muchas oportunidades, los ensayos de correlación interlaboratorios dan resultados completamente distintos.

En Tecnología del Cuero, nos pareció interesante compartir con nuestros lectores dos artículos interesantes que agregan un poco de luz a este tema tan interesante: Educar el sentido del olfato para conocer el mundo y Seis hechos curiosos sobre el olor.


Educar el sentido del olfato para conocer el mundo

Autora: Francesca Faruolo
Publicado en Magazine Moellhausen | 29/11/2019

Cada empresa, en cualquier sector que opere, está llamada hoy a considerar las repercusiones sociales y culturales de su propia actividad para cultivar lazos con comunidades, instituciones y partes interesadas, consolidando así sus valores y su liderazgo a lo largo del tiempo. Esto es cierto, aún más, para aquellos que trabajan en un campo, como la creación de fragancias, donde la cultura, la ciencia, la tecnología y las tradiciones milenarias se mezclan virtualmente. Para definir qué significa realmente “educación olfativa”, es útil distinguir desde el principio cómo difiere de la formación profesional de los perfumistas y qué repercusiones positivas puede tener para la vida de las personas y de las organizaciones humanas que llamamos empresas.

Educación olfativa

La educación olfativa debe entenderse como la disciplina que permite refinar las habilidades sensoriales y cognitivas vinculadas al sentido del olfato, promoviendo el desarrollo de esta herramienta excepcional para conocer e interpretar la realidad. Desde allí, debería formar parte de ese programa de “desarrollo armonioso de la persona”, que representa el objetivo más alto de nuestro sistema didáctico actual.

Para comprender mejor el aporte de dicha disciplina, podemos referirnos a prácticas similares que afectan a otros sentidos y que ya son aceptadas y, en la medida de lo posible, integradas en las rutas de aprendizaje escolar. La educación visual, por ejemplo, nos permite aprender a decodificar una imagen y adquirir habilidades que el ojo natural no posee, favoreciendo la formación del llamado “pensamiento visual”.

Del mismo modo, la educación olfativa es la vía de entrenamiento sensorial que nos prepara para dar sentido a la experiencia olfativa, para apreciar las fragancias y cualquier otra forma de expresión que impacte en este sentido. Puede preceder a un entrenamiento específico en una disciplina particular (perfumería, enología, etc.), pero también es una actividad valiosa per se. De hecho, ofrece grandes beneficios a nivel físico, psíquico y cognitivo, lo que nos permite desarrollar el “pensamiento olfativo”.

El ejercicio olfativo indispensable

En los primeros años de nuestra vida, la experiencia con olores, sabores y olores, ayuda sobre todo a aprender a “descifrar” el mundo, reconociendo y catalogando ciertas cualidades del medio ambiente. Dicha actividad sensorial aumenta la cantidad de sinapsis producidas por el cerebro, lo que contribuye a la formación de inteligencia en una época en que la corteza es especialmente plástica.

Sin embargo, a medida que crecemos, esta “fase sensorial” se considera completada y, en consecuencia, las posibilidades de que los jóvenes y los adultos refinen su propio sentido del olfato disminuyen a menos que elijan una dirección profesional clara.

Lo poco que se sabe es que el sistema olfativo participa en la neuroplasticidad de nuestro sistema nervioso central y, como resultado, la práctica de oler activamente y todas las experiencias y acciones que involucran tal sentido son esenciales para su pleno funcionamiento. El ejercicio del sentido del olfato tiene un efecto tangible en nuestro sistema perceptivo. En “narices” experimentadas, encontramos un bulbo olfativo más desarrollado en términos de volumen en comparación con el de las personas que no tienen capacitación específica. Si es posible a través del entrenamiento aumentar la experiencia olfativa de uno, también es cierto que este sentido puede atrofiarse, como se observa entre los pacientes que sufren de anosmia, hiposmia, problemas neurológicos. Sin embargo, la práctica asidua puede mejorar algunas de estas condiciones e incluso contrarrestar la inevitable decadencia del sentido del olfato debido a la edad avanzada.

La configuración de las sinapsis del bulbo olfativo, que determina nuestra capacidad de sentir y reconocer los olores, es el resultado de todas las experiencias olfativas que experimentamos a lo largo de nuestras vidas. Un ejercicio constante es indispensable para mantener saludable y activa dicha capacidad sensorial no solo durante la infancia, sino también a lo largo de nuestra vida.

 El sentido del olfato para el desarrollo de la persona

La educación olfativa, dirigida no a especialistas, sino a una población heterogénea de personas, es un camino aún parcialmente desconocido e inexplorado. Su efectividad, al menos al principio, se mide no tanto en términos de “rendimiento” (habilidades duras), sino también como un beneficio psicofísico y maduración de cualidades y disposiciones personales (habilidades blandas).

Nos inculca la aptitud y, más que nada, el poder de evaluar de forma autónoma lo que percibimos, confiar en nuestras habilidades, sobre todo las naturales, y tener un dominio total en la expresión verbal que nos permite aportar nuestra experiencia personal. al nivel de compartir y comunicar.

En este enfoque, no dirigido a la capacitación en un sector distinto, sino a desarrollar una esfera tan perceptiva en general, el enfoque cambia de la clasificación taxonómica de los olores a nuestra experiencia con ellos. Identificar y nombrar una gran cantidad de sustancias olorosas sin duda atestigua la eficacia de nuestra práctica, y sin embargo, es aún más importante aprender a percibir fragancias y olores en su riqueza, y refinar una estrategia lingüística para expresar percepciones que, en el caso del sentido del olfato, siempre están imbuidos de recuerdos subjetivos y emociones.

En las sesiones de educación olfativa organizadas por la asociación Orablu que tengo el honor de presidir (nacida para promover la cultura del sentido del olfato y el perfume, organizando, entre otras cosas, el Festival del Olor dell’Olfatto y otras actividades educativas). Lo primero que se transmite es que todas las percepciones tienen igual dignidad. Un asistente me preguntó con razón: “¿Y algo que percibo está bien?”. Nuestra respuesta es si.

Es relevante enfatizar que la educación olfativa no es una práctica vinculada al conocimiento científico de un objeto (un vino, un perfume, una miel), y aún no está dirigida a individualizar una verdad unánimemente compartida (“es un Chianti”) . Más bien, es un ejercicio de percepción, una exploración de cualidades de la realidad a menudo no medibles, podríamos decir atmosféricas, que se ofrecen a nuestro intelecto como impresiones olfativas y al mismo tiempo nemónicas y afectivas.

El sentido del olfato y el desafío de la complejidad

Como disciplina, la educación olfativa toma un camino diferente al seguido por cursos de capacitación destinados a alcanzar competencias en áreas especializadas de estudio como perfumería, enología, elaboración de cerveza, análisis sensorial, etc.

El rigor científico de su metodología impone que el individuo debe poder eliminar las instancias subjetivas para que interfieran lo menos posible con la investigación.

En cambio, la educación olfativa se dirige al desarrollo de la persona y, por lo tanto, la contribución individual se mejora e integra tanto como sea posible en un proceso de conocimiento sobre el objeto “olor”, pero en relación con nuestra especificidad perceptiva, cognitiva y cultural, que son igualmente significativos

Miles de millones son las moléculas olorosas —naturales o creadas por el hombre— que podemos percibir singularmente o más a menudo combinadas en mezclas complejas. La educación olfativa nos coloca en una posición para comprender la riqueza de este mundo heterogéneo, apreciar sus diversos matices, respetar las sensibilidades que no coinciden con las nuestras, aprender a manejar la complejidad.

La adquisición de una mayor velocidad para reconocer los olores, la capacidad de utilizar un lenguaje analítico y evocador, el desarrollo de una forma particular de imaginación, la olfativa, son otros beneficios apreciables de la práctica.

Por esta razón, junto con libros, lápices, hojas de papel, colores, instrumentos musicales, pizarras interactivas y computadoras, algún día sería beneficioso ver entre los artículos escolares también algunos “materiales olfativos”, en otras palabras, bibliotecas de olores, para uso de las generaciones más jóvenes.

Traducido del inglés por Patricia Casey

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Seis hechos curiosos sobre el olor /seis-hechos-curiosos-sobre-el-olor/ /seis-hechos-curiosos-sobre-el-olor/#respond Wed, 11 Mar 2020 17:59:11 +0000 /?p=1138 Autora: Jane Parker, profesora asociada, química de sabores, Universidad de Reading.
Publicado en The Conversation ( reino Unido ) | 14 de Enero de 2020

NO subestimes el poder de tu nariz. Hace que nuestra experiencia de comer todos los días sea agradable e interesante y nos advierte sobre la comida en mal estado, el vino tapado con corcho y los peligros del gas y el humo. Evoca fuertes reacciones emocionales, influye en la atracción sexual y puede usarse como un instrumento analítico sensible.

1. Probamos con nuestra nariz

Muchas personas piensan que hacemos toda nuestra degustación con nuestras papilas gustativas, pero solo pueden detectar si algo es dulce, salado, amargo o agrio. La verdad es que también “saboreamos” con nuestra nariz, ojos y oídos.
El sabor o, más correctamente, el sabor general que percibimos a medida que avanzamos en nuestra comida favorita, es una combinación de las señales que recibimos de todos nuestros sentidos. El trabajo del cerebro es interpretar estas señales y decirnos si la comida está a la altura de lo que esperamos , si las papas están quemadas, el repollo está demasiado cocido o si la fruta está madura.
Estos aromas son detectados por receptores en la parte posterior de la nariz que transmiten señales al bulbo olfatorio donde las señales se clasifican y clasifican. Luego, la información se envía al cerebro que nos dice la calidad e intensidad de los aromas (u olores) que nos rodean y en los alimentos que comemos. Cuando decimos que no podemos probar la comida, realmente queremos decir que no podemos olerla.

2. No todos pueden oler

Alrededor del 5 por ciento de la población es anósmica, lo que significa que no pueden oler. Esto puede ser devastador. Imagine que su comida no sabe a nada, excepto un poco dulce y un poco salada. Ya no puede disfrutar de sus comidas favoritas y salir a comer ya no es divertido. Además, no puedes oler pan mohoso o leche agria o pizza quemada, ¿qué pasa si la casa se incendió? Y una pregunta que persigue a los anosmics es: ¿Huelo yo ? Estas ansiedades a menudo conducen a un estilo de vida insular, depresión y una disminución de la salud mental.
Cuajada: ¿Imagina no poder saber si la leche está agria?

3. No necesitas un bulbo olfativo para oler

Algunas personas nacen sin un bulbo olfativo, el órgano que anteriormente se creía esencial para la percepción del olfato. Mientras realizaban las imágenes cerebrales, un grupo de investigadores se dio cuenta de que uno de sus sujetos de control normales no tenía bulbo olfativo aparente, pero obtuvieron puntajes normales para las pruebas de olor estandarizadas. Descubrieron que el 0.6 por ciento de todas las mujeres pueden oler perfectamente sin un bulbo olfativo. Esto aumenta a 4.3 por ciento en mujeres zurdas. Pero si eres un hombre sin un bulbo olfativo, la evidencia hasta ahora sugiere que estás destinado a una vida de comida insípida.

4. Las infecciones virales pueden reconectar su sentido del olfato

El resfriado común es un conocido ladrón de nuestro sentido del olfato, aunque generalmente de forma temporal. Sin embargo, para algunas personas, su sentido del olfato no regresa después de una infección viral como el resfriado común, una infección sinusal o una infección del tracto respiratorio superior. La recuperación puede llevar varios años y ni siquiera está garantizada. La mayoría de las personas desarrollan parosmia (incapacidad del cerebro para identificar adecuadamente un olor) durante las primeras etapas de recuperación, cuando regresan algunos olores cotidianos pero con un carácter muy distorsionado y generalmente repulsivo. Estos nuevos olores son increíblemente difíciles de definir, pero los intentos de describir estas sensaciones a menudo incluyen palabras como quemado, asqueroso, podrido o cloacal. El café, el chocolate y la carne parecen ser reincidentes. Los investigadores creen que a medida que las neuronas olfativas dañadas se regeneran o reparan lentamente, las distorsiones son el resultado del cableado cruzado en el bulbo olfatorio. Sin embargo, exactamente cómo sucede esto, sigue siendo un misterio.

5. El entrenamiento del olfato es mejor que el sudoku

Un ejercicio que ayuda a los anósmicos a recuperar su sentido del olfato es el “entrenamiento del olfato”. Los investigadores creen que el ejercicio sistemático de las neuronas olfativas estimula el crecimiento y la reparación, de la misma manera que la fisioterapia promueve la curación de lesiones. La técnica fue pionera en Alemania y consiste en oler activamente (y concentrarse en) diferentes olores al menos dos veces al día durante varios meses.
En un estudio reciente de personas mayores, se demostró que el entrenamiento del olfato no solo mejora su función olfativa sino también su función verbal y su bienestar general, lo que demuestra que el entrenamiento del olfato es una buena manera de mejorar la calidad de vida en las personas mayores. Lo que es notable es el hecho de que el grupo de control recibió rompecabezas de sudoku para completar dos veces al día durante el experimento, lo que sugiere que el entrenamiento del olfato es más efectivo que el sudoku en estas medidas.

6. Los humanos pueden rastrear olores como un perro

¿Alguna vez te ha sorprendido la capacidad de los perros de seguir rastros de olor y te has preguntado por qué no podemos? La investigación en 2017 mostró que, de hecho, podemos. No tenemos la ventaja del flujo de aire optimizado a través de la nariz de un perro, pero si practicamos un poco, y llegamos al nivel de la nariz de un perro, podemos rastrear efectivamente un rastro de aroma de chocolate en un campo.

Traducido del inglés por Patricia Casey

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