Termina un año inesperado, difícil, lleno de incógnitas y tristezas. A pocos meses de su comienzo, nos sorprendió la pandemia del Coronavirus 19 y de pronto, el mundo pareció detenerse. Los hábitos cambiaron radicalmente. En nuestro país, pasamos varios meses confinados en nuestras casas, en especial los que tenemos más de sesenta extrañando a los familiares, amigos, colegas, a quienes no pudimos ver, no pudimos abrazar.

Al comienzo de la pandemia muchos pensadores, filósofos, comunicadores, gente común, etc, expresaban que era un “parate” impuesto por la naturaleza a la humanidad para que reflexionara sobre su forma de vida, sobre el impacto negativo que el consumismo provocaba en la naturaleza y que, pasada la crisis, íbamos a renacer mejores. Disculpen mi escepticismo: no estoy segura que así sea. Habrá que esperar un tiempo para evaluar los resultados.

Quienes integramos la Comisión Directiva de AAQTIC, la mayoría “dinosaurios de la industria”, salvo pocas excepciones que bajan el promedio de edad, mantuvimos e intensificamos las actividades en forma virtual.

Y nos fuimos adaptando y aprendiendo esa nueva forma de comunicación que implicaban las plataformas digitales.

Así, no solo estuvimos en contacto con colegas y seguidores en las redes sociales de Argentina, sino también de América Latina y de Europa. De ese intercambio, se confirmó algo que ya sabíamos: es imprescindible trabajar intensamente para difundir las propiedades, las características del cuero, explicar cómo se produce, derribar mitos y falsas comunicaciones que señalan al cuero como el producto de un proceso industrial que conlleva efectos perjudiciales para el ambiente, diferenciarlo de otros materiales que usurpan su nombre.

La defensa del CUERO es imprescindible para la supervivencia y crecimiento de nuestra industria. Para poder encararla, hace falta cooperación y mutuo apoyo de todas las instituciones, cámaras, organizaciones y empresas que integran la cadena de valor.

Las iniciativas individuales no van a dar el resultado esperado.

Y cuando hablo de cooperación, me refiero a desarrollar una estrategia conjunta de todas las partes interesadas que compartimos este objetivo. No esperemos que el otro tome la iniciativa y luego, según como vayan las cosas, nos sumemos al proyecto.

Debemos ser creativos, proactivos, humildes y generosos, compartiendo las experiencias y conocimientos de cada uno. Todos nos necesitamos.

No quiero terminar esta nota sin recordar a todos los integrantes de la industria del cuero y sus familiares que fallecieron a causa del Covid 19. Llegue a sus familiares un fuerte abrazo de mi parte y de los integrantes de la Comisión Directiva de AAQTIC.

2021: Te esperamos con los brazos abiertos, con esperanza e ilusión y muchas ganas de trabajar por nuestra querida Industria Curtidora Argentina.

Feliz Año Nuevo!!!

Lic . Patricia Casey

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