¿Qué se entiende por calzado biodegradable?

Vamos a decirlo de manera simple: lo disponemos en el suelo, esperamos un tiempo y finalmente ya no podremos encontrarlo dado que se ha convertido en otros elementos.

Calzado Biodegradable. Distintos componentes

Tengamos en cuenta que el calzado está confeccionado con una gran variedad de componentes. Intentemos enumerar algunos de ellos: por un lado, el material utilizado para la capellada y el que se usa como forro, cordones si es que están presentes y también los ojales en los que éstos se insertan. Hebillas, cremalleras, cintas y elásticos, adornos como piedras y tachuelas, montaje de plantillas, tacones y suelas, sumemos también pegamentos, tachuelas, materiales de refuerzo e hilos de coser. ¿De qué están hechos todos estos elementos? Está claro qué si algunos de estos componentes no son biodegradables, el calzado en cuestión depositado en el suelo no desaparecerá por completo, algunas partes permanecerán sin cambios incluso después de un largo tiempo.

Para ser biodegradable, ¿es necesario que el calzado esté completamente confeccionado con materiales naturales?

No todos los materiales “naturales” son biodegradables, el corcho, por ejemplo, no lo es.

Sin embargo, podemos afirmar que en general muchos de los materiales orgánicos creados por la naturaleza son biodegradables. Es el “círculo de la vida” del rey León: al final de la vida, la materia se transforma y se convierte en alimento para una nueva vida.

Por lo tanto, un zapato hecho solo con materiales orgánicos es probable que sea biodegradable. Pero, ¿cuántos de los zapatos vendidos cada año se fabrican solo con materiales naturales? Por lo tanto, es correcto tratar de comprender cómo los materiales artificiales pueden ser biodegradables.
 
Los materiales desarrollados por el hombre (por ejemplo, plásticos derivados del petróleo) no siempre pueden descomponerse y, por lo tanto, biodegradarse. La razón principal es que en la naturaleza no hay microorganismos capaces de descomponer estos materiales. Sin embargo,hay otra razón: si algunos materiales se descompusieran, producirían sustancias peligrosas para la vida de los microorganismos.

Ahora intentemos dar un paso adelante y profundizar un poco en lo que está escrito arriba, tratando de dar algunas razones científicamente más precisas.

1. Disponer en terrenos

La descomposición ocurre gracias al trabajo de los microorganismos. Imagine organismos vivos, por ejemplo, bacterias capaces de iniciar reacciones químicas en las moléculas del material, romper los enlaces entre los átomos y crear diferentes moléculas como el dióxido de carbono, el agua, etc.

Técnicamente estamos hablando de poner el objeto en un compost, básicamente como la tierra que compra y coloca en una maceta para hacer que una pequeña planta crezca en casa. No es exactamente tierra, sino una mezcla de diferentes elementos que contienen microorganismos capaces de iniciar reacciones químicas y descomponer los materiales de los que está hecho el objeto.

 2. Lo que depositamos en los suelos

Las normas ISO que describen cómo se realizan las pruebas de biodegradabilidad no lo dicen. Por lo tanto, queda abierta la cuestión si depositar un zapato en el terreno o primero separar las partes para luego enterrarlo.

Está claro que en ese caso el tamaño importa. El espesor de un material puede determinar el tiempo que tarda en biodegradarse. Teniendo en cuenta que la prueba está cronometrada, para decir que un objeto es biodegradable es necesario que la reacción tenga lugar dentro de cierto tiempo. 

Sin embargo, la pregunta que todos nos hacemos es: “cuando tiramos un par de zapatos, ¿alguien se encarga de separar sus partes antes de tratar de descomponerlos?”. La respuesta es “no” y, por lo tanto, el tema relacionado con la recolección de zapatos usados, qué es lo que les sucede después de ser depositados en el vertedero, permanece sin respuesta.

 3. Esperando un poco

 La regla dice que todo debe desarrollarse dentro de los 6 meses. Hay pruebas aceleradas, pero no son adecuadas para calzados: en este caso éstos simplemente no se descomponen. Por lo tanto, lleva mucho tiempo demostrar que un calzado es biodegradable. En un mundo donde las empresas de moda ofrecen cada mes diferentes productos, ¿quién tiene tiempo para realizar estas pruebas? A lo sumo podrían probarse los materiales con los que están hechos los zapatos, pero para hacer bien las cosas, sería más representativo disponer de todo el cazado en el terreno. Hay que tener en cuenta también que son demasiados los materiales utilizados.

 
4. Se convierte en otros elementos

¿En qué se convierte el zapato una vez que se dispone en el suelo? La prueba más utilizada verifica que la mayor parte de la masa se transforma en dióxido de carbono, es decir, el gas que usan las plantas para iniciar la fotosíntesis que genera azúcares gracias a la energía del sol. Ambos materiales, los de origen natural y muchos plásticos contienen carbono en su composición química como uno de los elementos principales. Si la reacción que ocurre “en el suelo” logra romper los enlaces entre los átomos del material, el carbono puede reaccionar con el oxígeno que está en el aire creando CO2, es decir, dióxido de carbono.

El ensayo de biodegradabilidad se lleva a cabo bajo condiciones de temperatura particulares (aproximadamente 60 grados) y con una humedad cercana al 100%.

Cuidado, no es suficiente que el material se desintegre, es decir, que se desintegre en trozos pequeños, incluso invisibles. En este caso, de hecho, no hubo reacción y la masa del material todavía sigue presente. Es realmente necesario que la masa desaparezca, es decir, que se convierta en gas. Las plantas luego usarán ese gas para generar vida. 

5. ¿Es necesario que el calzado desaparezca por completo?

Le dejamos a Ud. la respuesta. La prueba regulada por el estándar ISO (un acuerdo que los científicos han alcanzado en todo el mundo) dice: para ser válida, la prueba debe al menos generar un 70% de la transformación de la masa.

¿Podemos decir que en ese caso el calzado es biodegradable? Técnicamente no podemos: sería mejor afirmar que el calzado es biodegradable en un 70% (o en un mayor porcentaje si este es el caso).

La presencia de estos dos parámetros indica la seriedad de las presentaciones creadas por el marketing de las compañías: por un lado el porcentaje de biodegradabilidad y por otro el tiempo que lleva biodegradarse. Decir que un material se biodegrada en un 80% en 6 meses es más preciso que simplemente decir que un material es biodegradable.

 6. ¿Por qué algunos materiales no son biodegradables?

Simplemente porque en la naturaleza no hay microorganismos capaces de desencadenar la reacción de transformación del carbono presente en el material en dióxido de carbono. Por lo tanto, la razón no es la ausencia de carbono en la composición química del material, sino el hecho de que los átomos de carbono están tan fuertemente unidos a otros átomos que no es posible romper estos enlaces y activar las reacciones de transformación. Hay materiales que llamamos bioplásticos que son completamente similares a los plásticos en términos de características físicas, apariencia y tacto y que pueden biodegradarse precisamente porque hay microorganismos que pueden descomponerlos.

7. ¿Es apropiado que todo sea biodegradable?

Por supuesto que no. Algunos materiales son estables en su naturaleza original, contienen átomos que podrían reaccionar y formar moléculas que dan lugar a sustancias tóxicas. Por lo tanto, debe prestarse atención a lo que se biodegrada. También porque el compost que usamos para biodegradar está enriquecido por sustancias generadas por el proceso de biodegradación, por lo tanto, si queremos usar éste compost para cultivar vegetales que luego comeremos, es mejor no dejar sustancias tóxicas en su interior.

 8. ¿Es posible biodegradar cualquier tipo de calzado?

Ahora hemos entendido que la respuesta no es simple: en primer lugar, sería correcto establecer en qué porcentaje el objeto se biodegrada en su forma original (es decir, sin que antes se separen las partes) y en qué momento y bajo qué condiciones tiene lugar esta reacción. Lo que podemos decir es que algunos materiales nunca se biodegradarán a menos que se descubra algún microorganismo que logre desmoronar el material transformándolo en dióxido de carbono en un tiempo razonable sin dispersar otras sustancias nocivas en el medio ambiente.

En el estado actual del conocimiento, ¿cuáles son las partes del calzado que no se biodegradan?

Los metales que utilizamos para ojales y hebillas y toda una serie de componentes basados ​​en polímeros plásticos que utilizamos para hacer suelas y tacones: caucho vulcanizado, EVA (la suela intermedia de las zapatillas para correr), suela microporosa (que en cualquier caso es EVA), poliuretanos y PLA contenidos en los talones. Cuando se usan para la producción, todos estos materiales sufren reacciones químicas que alteran su estructura molecular para formar enlaces que los microorganismos a nuestra disposición no pueden desintegrar.

9. ¿La piel es biodegradable?

Depende. Con respecto a la forma de alimentarnos, sabemos que más allá de los huesos lo que queda es la piel. Si la piel se dispone inmediatamente en el terreno después de desollar el animal, tenderá a pudrirse y se generarán reacciones poco saludables para el medio ambiente y la salud humana. El proceso de curtido que transforma la piel del animal en el material que usamos para producir zapatos y bolsos, bloquea la reacción de descomposición que no es más que un proceso de biodegradación.

Existen procesos de curtido que producen cueros biodegradables. No todos los procesos de curtido lo permiten. En todo caso hay que prestar  atención cómo se terminan dichos cueros: no es suficiente tener en cuenta solo el curtido sino también los procesos posteriores de recurtición y acabado se llevan a cabo con productos químicos que no son compatibles con la siguiente etapa de biodegradación.

Nota original Biodegradable shoes

Traducido del inglés por José Stella

SH-Rouber es una nueva suela que ha reciclado zapatos en su producción. En este proceso, los zapatos vuelven al principio y se convierten en una materia prima. Inicialmente, los zapatos se muelen, se queman y, después de todo, se agrega el 30% de la mezcla a la fórmula del caucho, obteniendo así una producción innovadora y ecológica y con todas las certificaciones químicas. “Esta innovadora tecnología de vulcanización de zapatos usados ​​para hacer nuevos productos, como zapatos o plantillas nuevas, ya está patentada por Bolflex”, afirma el presidente de Bolflex Group, António Ferreira.

Pero la compañía no se detuvo aquí. Otra de sus estrategias es la optimización del uso del caucho en la producción de suelas. Para ello, la empresa desarrolló una suela fabricada con un 70% de caucho reciclado. En la base de los productos está la reutilización de los residuos de caucho de la producción exclusiva y también la reutilización del caucho de las suelas usadas.

En este concepto de economía circular que la compañía está implementando, incluso el aluminio se reutiliza para la producción de nuevos moldes. Dentro de la empresa hay  un sistema de fundición de moldes que permite su reutilización para la producción de nuevas piezas de inyección de suelas.

Según la compañía, “todos estos procesos crean una economía circular interior, capaz de reducir costos y llevar a la empresa a un entorno más ecológico y más ecológico”.

Bolflex fue fundada en 1992 por António Ferreira, con solo cuatro prensas de caucho, seis empleados y una producción diaria de 1000 pares de zapatos. Hoy en día, la compañía tiene una capacidad de producción de 20,000 pares de zapatos y emplea a 140 personas.

Fuimos recibidos por el Director del Centro, Carlos Montes y por todos sus colaboradores.

Fue un reencuentro con antiguos y nuevos colegas a los que nos une una misma pasión; trabajar para difundir y mejorar las propiedades del cuero,  las tecnologías para producirlo y su cadena de valor.

Durante este encuentro, nos comentaron las últimas novedades en cuanto a organización del centro y los temas sobre los que están trabajando.

Como organismo descentralizado del Ministerio de Producción y Trabajo, el INTI, desde sus autoridades promovió la creación de un nuevo modelo organizacional, donde se tiene como objetivo un “INTI  más eficiente” que potencie las actividades de desarrollo tecnológico e innovación consolidando su prestigio en materia de servicios industriales, calidad y metrología. En este marco, a comienzos de este año,  el antiguo Centro CUEROS se fusionó con Textiles, unificándose en un único Centro con varios Departamentos, donde Cueros es uno de ellos.

Continúan brindando soluciones a las industrias y a las pymes relacionadas con los eslabones de la cadena del cuero y promoviendo  el desarrollo de la industria curtidora, del calzado y afines, a través del suministro de tecnología de producción dentro del marco del uso racional de los recursos naturales, la preservación del ambiente, y los requerimientos de calidad exigidos por los mercados y las normativas vigentes.

En Medio Ambiente, sector a cargo de Verónica Lehmann, están poniendo a punto todos los métodos de análisis de efluentes para brindar un servicio completo a la Industria Curtidora. Además están avanzando en estudios de generación de biogás a partir de los lodos de las Plantas de tratamiento de efluentes, ya que el tratamiento y disposición de los lodos es uno de  los temas que más preocupan actualmente a los industriales.

Germán Mazzilli y Pablo Salas trabajan en la Planta Piloto de Curtidos,dedicando parte de su tiempo al proyecto de curtido vegetal de piel de guanaco, para ser aplicado a la fabricación de calzado.

El laboratorio físico – Químico instrumental, donde se desempeña Marcos Escola, da soporte a la Planta Piloto y realiza ensayos requeridos por la industria del calzado, en especial dando soporte a los fabricantes de calzado de seguridad. Próximamente este laboratorio incorporará nuevos equipos, comprados a SATRA, la mundialmente reconocida organización especialmente dedicada al desarrollo de métodos de ensayo y prestación de servicios para la industria del calzado, que este año celebra 100 años desde su creación. Los técnicos de INTI Cueros, recibirán capacitación  impartida por especialistas de SATRA para el uso y puesta en marcha de los nuevos equipos.

El laboratorio de INTI Cueros cuenta con un cromatógrafo gaseoso (en proceso de instalación), un espectrómetro gaseoso, un equipo para cromatografía líquida de alta eficacia o high performance liquidchromatography (HPLC) y un digestor de microondas.

Alfonsina Bonfrancheschi está investigando en distintos proyectos que usan recortes de cuero (residuos de la industria del calzado y curtidora en general) para incorporarlos en cemento, en tableros con caucho y urea formaldehido y producción de biogás.

INTI Cueros, también cuenta con un laboratorio de Planimetria y Etiquetado de Calzado, para dar cumplimiento a la Resolución 404 de la Sec. de Comercio y brindar información al consumidor sobre la composición de los materiales que lo componen.

El Centro también cuenta con un área de investigación, donde diferentes profesionales aportan sus conocimientos para el desarrollo de sistemas de producción de cuero sustentables, en beneficio del medio ambiente.

En su otra sede del Parque Tecnológico Migueletes, cuentan con CEFOTECA (reconocido Centro de Calzado) para brindar asistencia técnica y formación de recursos humanos de la Industria del Calzado.

INTI Cueros colaborará con AAQTIC participando en las Jornadas sobre Innovación y sustentabilidad en la Industria del Cuero que realizaremos en Noviembre de este año.

Lic . Patricia Casey

El acuerdo

El acuerdo entre Elvis & Kresse y Burberry, que se hizo oficial en 2017, tiene una duración de 5 años. El acuerdo establece que 120 toneladas de subproductos de cuero producidos en el proceso de fabricación se reutilizarán cada año para crear accesorios. La venta está a cargo de Elvis & Kresse, mientras que el 50% de las ganancias se donará para sostener proyectos de energía renovable. El director general de Burberry en ese momento, Christopher Bailey, comentó: “Los residuos de los productos derivados se consideran inútiles, pero el cuero es un material precioso”.

 A veces, los operadores de la industria discuten el tema de la sostenibilidad en la industria de la moda de una manera casi demasiado complicada: comienzan con pensamientos teóricos complejos, cuando para resolver el problema (si lo simplificamos), solo hay soluciones prácticas. Elvis & Kresse, marca inglesa de artículos de cuero que, desde su apertura ha hecho de la circularidad su objetivo y razón de existir, ha encontrado la clave de esta razón detrás de la reutilización de materiales. La marca comenzó transformando la parte metálica de las mangueras de los bomberos en accesorios de lujo, y ha enriquecido su currículum al asociarse con Burberry en el otoño de 2017 para trabajar en un proyecto que apunta a recuperar los residuos de los productos derivados de la cadena de cuero. La pregunta es “¿cómo conseguimos que el mercado nos comprenda y nos aprecie?”.  Elvis y Kresse responde que no es tan difícil como se puede pensar comunicar con éxito la idea de un negocio sostenible: “salvamos las mangueras de los bomberos y donamos el 50% de los beneficios obtenidos de su venta a la Caridad de Bomberos”, nos explican. Recuperamos el cuero que se desperdiciaría y lo transformamos en componentes para la colección Fire & Hide, dando la mitad de los beneficios a proyectos de energía renovable. Ya contamos con un laboratorio completamente transparente, abierto a un flujo continuo de visitantes, que puede aprender cómo nuestro valor no está solo en lo que hacemos, sino también en cómo lo hacemos. Y no esperamos que nuestros clientes paguen más por esto. Fabricamos accesorios artesanales de alta calidad y nuestros precios son, si somos honestos, más bajos que el segmento de referencia”. Los dos fundadores, Elvis y Kresse, se lanzaron al mundo de la moda sin tener un pedigree en el segmento: el primero tenía experiencia como gerente de proyectos, mientras que el otro había trabajado en fondos de capital de riesgo en algunas empresas verdes nuevas. Desde 2017, la pareja ha trabajado en el desarrollo de un plan para ahorrar los subproductos de desperdicios de cuero con la Fundación Burberry. “Recientemente hemos superado el período de 1 año de asociación  y todo está avanzando bien: estamos alcanzando nuestros objetivos principales, afirma Kresse -. Sabemos que esta operación conjunta puede aportar una gran contribución a la eliminación de desechos y avanzar hacia una economía más circular. Creo que, como todos los empresarios, nunca estamos completamente satisfechos con nuestra agenda: queremos hacer más y mejor. Una de las cosas maravillosas sobre este proyecto es que lo organizamos para que podamos escalar las operaciones según la necesidad: podemos agregar partes y crear equipos según la necesidad. No podemos tomar todo el cuero a la vez, pero organizamos el plan para que las colecciones se amplíen con respecto al momento”. La identidad estilística de esta marca inglesa no basa su existencia únicamente en el cuero, pero su asociación con la marca co-nacional histórica está invirtiendo la tendencia: “Nuestro primer objetivo fue reutilizar las azadas de los bomberos de Londres”, continúa Kresse. Ahora recolectamos 15 materiales diferentes: algunos son naturales, como el cuero, el papel y la seda, mientras que otros no lo son, como el nylon y el caucho de nitrilo. Este es el primer año en el que usaremos más cuero que materiales sintéticos ”. Elvis & Kresse confía en una cadena de producción interna, que se basa en los objetivos de calidad y sostenibilidad de la marca: “Dirigimos nuestro negocio a través de 2 sitios que están extremadamente conectados entre sí, uno en Londres y otro en Estambul. Los representantes de la empresa preferimos tener el control de la producción porque significa que tenemos control sobre el tratamiento, económico y social del personal. Además, la internalización significa tener la posibilidad de eliminar completamente el plástico de la producción y optar por el 100% de los adhesivos a base de agua”. En las antípodas del sistema cultural de Elvis y Kresse hay dos elementos principales. En el polo positivo está la mentalidad expansiva: a lo largo de toda la entrevista, Kresse repite muchas veces cómo la compañía quiere “hacer más” . En el otro polo, existe el objetivo de llevar el éxito monetario al proyecto. “En este momento, es muy importante para nosotros extender nuestra asociación con Burberry y crear una relación duradera a lo largo de toda la cadena de cuero”, continúa Kresse. Tenemos el potencial de eliminar los productos de desecho de la cadena, transformándolos en algo de valor, ambiental, social y financieramente hablando. Las muestras de cuero no son solo un problema para la empresa manufacturera, porque de hecho son un problema ambiental, ya que cada año se crean 800,000 toneladas de ellas “. Por otro lado, cuando se le preguntó cuáles son los ingresos de la empresa y otros aspectos financieros, el fundador prefiere no responder. “El parámetro de referencia para nuestro negocio es la ganancia, admite, pero esto no es lo que queremos celebrar. Somos una empresa exitosa porque hemos podido recuperar constantemente los materiales que no queremos que terminen en los vertederos, además de poder incrementar nuestras contribuciones benéficas anuales. ¿Siempre hemos estado creciendo? Sí. Y lo bueno es que nuestro crecimiento se basa en la compra de grandes cantidades de material y grandes donaciones a las causas que apoyamos ”. Elvis & Kresse tiene la intención de trabajar con una huella ética: “Nuestro crecimiento crea más beneficios, no más uso de recursos valiosos o explotación laboral”, concluye Kresse -. Estamos muy orgullosos de ser una empresa social y uno de los fundadores de UK B-Corp (comunidad de empresas con una práctica sostenible certificada). Todo es más interesante para nosotros que las ganancias ”. Inevitablemente, volvemos al punto de partida: ¿por qué es tan difícil, para algunas de las grandes marcas en el sistema de la moda, tener éxito en este aspecto, cuando una empresa fundada en 2005 logró alcanzar el éxito en menos de 15 años?  “Algunos todavía parecen pensar que la sostenibilidad es algo que debe discutirse. Pero no es una elección: es un deber – declara Kresse -. Lo mejor que se puede hacer es prestar atención a la definición de “insostenible”. Según las dos primeras definiciones dadas por Google, significa “no se puede mantener al nivel o nivel actual” y “no se puede mantener ni defender”. Pregúntele a cualquier director general si cree que “insostenible” es una práctica comercial para mantener sus empleos “. No todo está perdido, al contrario: “La gran noticia es que hay mucha creatividad que se puede usar para ser sostenible”, concluye Kresse. No es un trabajo deprimente: todos los que quieran venir a visitarnos para ver cómo trabajamos o trabajar con nosotros son bienvenidos. Estamos encantados de ayudarlos”.

Traducido del original en inglés por Patricia Casey